2.9.05

Dejé a mi hijo en puertas de una vida indeseada por sus escrituras que hizo en algún trance perfecto
Desterré mis desesperados miedos en su desdichado futuro
Serpientes envuelven su cuello hasta no poder soportar el aire que entra sin profundidad entre sus dientes y sale por sus lagrimales
Lo dejan sin dolor, después de haberlo sufrido por entero, lo sueltan de las cuerdas que lo tuvieron amarrado a la miserable verdad de mi destino en su piel


Ahora podrás mirar al cielo y sentarte en el
Acercarte y mirar al gran temido y estar con él,
Maldice mis ojos y mi palabra que te produjo tanto mal pero agradece que por siempre mi mente y mi conciencia sangrarán por ti en este infierno en donde nací, moriré y volveré a nacer pasando por fuego que quemará mi piel una y otra vez.

Tú ahora observa desde lo más lejos y goza de mi maldición.